Muchos de nosotros al ingresar a la universidad, fuimos advertidos por nuestros padres, familiares o amigos nuestros sobre nuestro futuro comportamiento dentro de ella. Frases como “No te metas en política”, “A la universidad se va a estudiar y no a hacer política”, “la política es cochina”; fueron parte del sin fin de consejos que nos dieron para asegurar un feliz, tranquilo y reposado transito dentro de la universidad.
Pero, ¿qué cosa es la política? y ¿por qué causa tanto rechazo en la gente?.
Según el diccionario Política es “Arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los estados” “Actividad de los que rigen o aspiran regir asuntos públicos”. Deduciendo algo de esta definición libresca podríamos decir que política es el conjunto de acciones y pautas para conseguir un objetivo.
Obviamente, la política al ser una actividad humana, no es sino un reflejo de la vida, de la realidad. La política, sus contenidos concretos, no son creación o especulaciones teóricas de cúpulas partidarias ni de eruditos o iluminados académicos. Es, antes que todo, la observación y el estudio minucioso de lo que acontece a nuestro alrededor, desde sus antecedentes históricos hasta sus proyecciones futuras.
Partiendo de esta premisa podríamos decir que hay 3 formas de hacer política y que cada una de ellas tiene su contenido ideológico:
1. Los que partiendo de la realidad concreta buscan conservarla. (política conservadora o reaccionaria)
2. Los que parten de la realidad se acomodan a ella y buscan “desde dentro” cambios marginales o simples reformas (política reformista o centrista)
3. Los que partiendo de la realidad buscan cambiarla, transformarla, construir otra realidad (política revolucionaria).
Ahora, entendida la definición, nos cabe hacernos una pregunta ¿Por qué la gente le tiene rechazo a la política?
Y respondemos, se ha tenido un erróneo concepto de política, muchos consideran que política es simple y llanamente candidatear en las elecciones, tranzar entre grupos de poder, corrupción, mentiras, chantajes, sobornos, etc. Esta idea equívoca ha sido reforzada por las tesis Neoliberales del Pragmatismo, Utilitarismo, Exitismo ( englobado en el “nada importa si sirve para mis fines”). Es por eso que un gran porcentaje de nuestros políticos al llegar a una curul, la presidencia, un ministerio o cualquier cargo público lo primero que hacen es resolver sus problemas económicos, darle trabajo a sus allegados, aceptar sobornos, etc. Nada más ajeno a la definición de política.
Pero esta deformación del concepto no nace gratis, sirve a los intereses de alguien y no puede ser de otra manera. El rechazo de un gran porcentaje de la población a la política conviene a los intereses de la Clase Dominante; un gran porcentaje de gente ignorante en temas políticos por la razón que no participa en ellos es más fácil de dominar y manejar. Y si analizamos mas a fondo nos daremos cuenta que esta gran masa ignorante en política, fácil de manejar, es conveniente para la conservación de las estructuras y privilegios, es decir sirve a la política conservadora o reaccionaria.
Y esto ¿qué tiene que ver con la Universidad? se preguntarán muchos. Pues si, tiene mucho que ver, la universidad es parte de la sociedad se nutre de ella y adquiere sus vicios y problemas.
La forma de hacer política en la Universidad no difiere de la hecha en el país. Las ultimas elecciones estudiantiles lo demuestran. No se discutieron a fondo temas como el manejo de la Universidad, la acreditación de facultades, el presupuesto, el vínculo de la universidad con la región, la activación de los gremio estudiantiles, la reforma universitaria, etc. Se limito a hacer un circo de las elecciones, donde el insulto primaba sobre las ideas, el discurso barato y pueril sobre las propuestas. No hubo ni un solo debate en donde se confrontasen las posiciones de los diversos movimientos.
Los votos ganados no fueron producto del análisis de las ideas expuestas, sino de los polos, gorras, llaveros, el amiguismo, chantaje de notas, dinero, etc. Y todo esto es producto del concepto erróneo de política que esta impreso en la mente de cada estudiante que la hace rechazarla, de su acción pasiva e indulgente frente a los problemas. Del error y la pasividad se aprovechan las autoridades y los mercenarios de la política para mantener sus privilegios. ¿No es acaso en el fondo esto política reaccionaria o conservadora?
Desde nuestras posiciones llamamos a la discusión, a la confrontación de ideas y propuestas. Los estudiantes no podemos ser entes pasivos de los que pasa en nuestra casa de estudios, tenemos que ser la fuerza transformadora de ella, el estudio, el trabajo y la lucha deben ser nuestra guía de acción. No podemos perder mas tiempo.
Y cuando nuestros padres o amigos nos vuelvan a sermonear con las frases anteriormente dichas respondamos: “La política no es cochina, los hombres corruptos la deforman”, “A la universidad no solo se va a estudiar sino también a hacer política”. Ya Mariátegui decía: “la política se ennoblece y se dignifica solo cuando es revolucionaria”
No hay comentarios:
Publicar un comentario